Hay frases que parecen inofensivas, pero son más venenosas que el arsénico. Si alguna de éstas ha entrado en tu vida, puede que seas víctima de una relación tóxica."¿Y si te apuntas al gimnasio?"No te ha dicho a la cara: "Tu silueta ya no se dibuja como antes" o "la ley de la gravedad siempre acaba cumpliéndose", pero la indirecta te ha dejado con la moral por los suelos. Con la de veces que te había dicho que te querría por encima de? los centímetros de más."No me esperes levantada"Ese consejo encierra la "sana" intención de ir cerrando todos los bares que se encuentre. Si estás dormida, no importará a qué hora llegue. Parece que se preocupa por tu descanso, pero lo que quiere es no tener que rendirte cuentas, al menos hasta el día siguiente. Contigo en brazos de Morfeo, no podrá tener mala conciencia."¿No hace mucho calor?"Es más que una pregunta si se dice en la cama. Antes os bañabais en sudor como en la mejor de las piscinas y, de pronto, todo son pegas: el ambiente caribeño de vuestro dormitorio se ha convertido en el del metro en hora punta. Y es entonces cuando empiezas a preguntarte si el paso siguiente serán las camas separadas, habitaciones distintas y, quién puede saberlo, si hasta las vidas cada uno por su camino.