El príncipe Guillermo de Gran Bretaña y su esposa Kate Middleton hicieron un homenaje con una nota escrita a mano en el Museo del 11 de Septiembre el martes y dijeron que les abrumó la dimensión de las pérdidas por el ataque terrorista de 2001.
“Con pesadumbre y en recuerdo de quienes murieron el 11 de septiembre y con admiración al valor mostrado en la reconstrucción. El Príncipe y Catalina“, escribió ella. La pareja colocó la nota y unas flores en el monumento donde están los nombres y fotos de las casi 3.000 víctimas del ataque.
En su primera visita a Nueva York, el duque y la duquesa de Cambridge, visitaron el sitio que tiene los recuerdos más sombríos de la ciudad como parte de una agenda de tres días en la que abundaron las actividades vinculadas a sus intereses benéficos en conservación y desarrollo de los jóvenes; recepciones con actores, creativos, expertos en tecnología, y un poco de entretenimiento local: un partido de baloncesto.
Mientras la pareja real recorría el museo dedicado a los ataques observaron artefactos como la columna en forma de tridente de una fachada de las torres caídas y vieron varias hileras de retratos de víctimas. Como otros visitantes, dejaron firmas virtuales que se proyectan en una pared subterránea que se conservó tras los ataques y Kate Middleton sonrió cuando la suya apareció. Hicieron preguntas acerca del diseño de los espejos de agua, de cómo reaccionaron las familias de la víctimas ante el museo y acerca de los ataques, dijo el presidente del Museo y Monumento del 11 de septiembre, Joe Daniels.
Kate Middleton hizo referencia a la amplitud del espacio del museo, que se extiende siete pisos bajo tierra entre las huellas de las torres caídas “y mencionó lo conmovedor que era el monumento”, dijo la jefa de personal del museo, Allison Blais.
Visitantes del museo se detuvieron para ver a la pareja real, ella ataviada con un abrigo color buganvilia con botones al frente de Mulberry sobre un vestido diseñado por la marca especializada en ropa para embarazadas Seraphine, mallas negras y tacones negros. Algunos seguidores desafiaron el frío y la lluvia para verlos. Krupa Shah se tomó el día libre de su trabajo en el sector financiero de Manhattan.
“Me tomé el día libre cuando se casaron. No fui a una reunión familiar cuando Catalina estaba a punto de dar a luz para saber el sexo del bebé”, dijo.
La pareja, ahora de 32 años, iniciaba su educación en la Universidad de St. Andrews, cuando ocurrieron los ataques. Ese día murieron 67 británicos, la mayor cantidad de víctimas de un país después de Estados Unidos.
Tras su visita al museo, la pareja vio números de baile y escucharon historias en The Door, una organización para el desarrollo juvenil. El Príncipe Guillermo siguió el ritmo de un número de hip-hop con los pies y pareció impresionado por la historia de un joven que habló del encarcelamiento de su padre y sus propios problemas con la justicia debido a una condena por agresión.
“Tuve una mala época en mi vida y ni en un millón de años imaginé que actuaría para el duque y la duquesa”, dijo más tarde Steven Prescod.
El Príncipe Guillermo se aproximó a Prescod y al educador Ely Olivero tras el espectáculo y dijo que había sido “increíble”, dijo Olivero.
La pareja acudió a una recepción a la que estaban invitados el actor Patrick Stewart y el productor cinematográfico Harvey Weinstein. Él observó la ciudad desde el mirador del edificio Empire mientras acudía a una recepción sobre innovación en la que estaba presente el alcalde Bill de Blasio.
Los duques finalizaron su gira en un acto de gala para recaudar fondos destinados a becas para el colegio St. Andrews en el Museo Metropolitano de Arte. Catalina llevó un vestido de color verde oscuro plisado que dejaba los hombros descubiertos.
El lunes, El Príncipe Guillermo fue a la Casa Blanca y participó en una conferencia del Banco Mundial. Catalina visitó un centro de desarrollo infantil de Nueva York.
Después asistieron a una recepción en la residencia del cónsul británico ofrecida por la Fundación Real y la Fundación Clinton. A su llegada platicaron con la ex secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton, Chelsea Clinton y el expresidente Bill Clinton.
El Príncipe y Catalina fueron también al Barclays Center para ver un partido de baloncesto entre los Nets de Brooklyn y los Cavaliers de Cleveland. Jay-Z y Beyonce cruzaron la cancha entre el tercer y el cuarto parcial para platicar con ellos y LeBron James les regaló panquecitos y camisetas de los Cavaliers.