El término "crisis" viene del griego "separar" o "decidir". De esa palabra proviene también el término "crítica", que significa análisis o estudio de algo para emitir un juicio. Desde el punto de vista psicológico siempre son buenas, porque ayudan a crecer y madurar, además de ser inevitables. Siempre son un aviso de la necesidad de cambiar algo que va mal o que, sencillamente, ya no nos sirve. Casi siempre salimos reforzados porque hemos enfrentado lo que había que modificar y nos hemos hecho cargo de nuestras dificultades.Hay personas que huyen o niegan las crisis porque tienen miedo a no poder controlar los sentimientos que afloran en ellas. Cuando acaban por aceptarlas, sólo se quejan de ellas, pero no las utilizan para avanzar en la tarea de estar más conformes con su vida. Otras personas, sin embargo, parecen enfrentarlas sin grandes dificultades. No tienen miedo al mundo sentimental, lo que significa que crecerán y saldrán más reforzadas de los conflictos.Además, la confianza en los recursos internos y la historia emocional de cada uno están íntimamente relacionadas con la capacidad para enfrentar las crisis.