¿Por qué se soporta la violencia dentro de casa? ¿Qué infierno puede vivir una mujer? ¿Por qué razón llega a disculpar a quien le hace daño? ¿Qué la ata a él?Todo ser humano ha de encontrar su propia forma de agresividad para evitar convertirse en la obediente marioneta de otras personas. Sólo alguien que no se deje reducir al nivel de instrumento de una voluntad ajena podrá imponer sus necesidades personales y defender sus legítimos derechos, dice la psicoanalista Alice Miller, en su libro Por tu propio bien (Ed. Tusquets, 15).Cuando una historia de maltrato sale a la luz, conocemos el final de una novela de terror. Para entender el aguante que tienen algunas personas, en su mayoría mujeres, para vivir con un maltratador, habría que comenzar por el primer capítulo, que es la infancia de la maltratada y de su pareja.
Es probable que a la mitad de esa novela encontremos las razones por las que eligió a esa pareja y por las que le perdonó la primera falta de respeto o el primer golpe.Utilizo la palabra novela porque, si bien son personas de carne y hueso, también es cierto que dentro de su psiquismo tienen una novela familiar trágica de la que no se pueden liberar y que influye en ellas, arrastrándolas a soportar lo insoportable, a perdonar lo imperdonable, a disculpar actitudes que las destruyen y las denigran. Incluso, más allá de toda lógica, a veces creen que son las culpables.Entre el agresor y la víctimaLas tendencias autodestructivas se hacen evidentes cuando una mujer cae en brazos de un maltratador del que le cuesta liberarse. Esas tendencias han sido abonadas desde la infancia. Los sentimientos agresivos y la rabia que esa mujer sintió no pudieron ser dichos, nadie la dejó expresarse y ahora se vuelven contra sí misma.DOMINIO Y CASTIGO Los maltratadores odian lo femenino y necesitan demostrarse a sí mismos que son dueños de esa persona que rebajan hasta convertir en un objeto. Castigan y pegan con el afán de adquirir un completo dominio sobre la mujer. Según Jacqueline Schaeffer, miembro de la Sociedad Psicoanálitica de París, algunas mujeres rechazan lo femenino y entonces se maltratan a sí mismas o se exponen a la brutalidad de su maltratador.La mujer que vive con un maltratador es, primero, víctima de él y, después, víctima de sí misma, víctima de culpas inconscientes que no conoce, de críticas y exigencias que se hace. Los comportamientos más absurdos tienen sus razones ocultas; la forma de liberarse de ellos es llegar al conocimiento de sus causas.Claves para salir del infiernoLA CUNA DE LA VIOLENCIALa falta de respeto y los abusos infligidos al cuerpo de un niño son traumas que marcarán su vida. Su psiquismo provocará situaciones en las que torturará o será torturado. Así pues, la maltratada no nace, se hace. Su historia emocional suele tener estas características:Su infancia está marcada por los malos tratos físicos o psíquicos, por un abandono afectivo y por una ideología según la cual la mujer está obligada a aguantar cualquier cosa por su condición de mujer.En la madurez no puede sostener lo que desea y se siente culpable de lo que su pareja hace.¿CÓMO SALIR DE ESTA SITUACIÓN?El primer paso es buscar ayuda y poner palabras a lo que pasa. Después, investigar por qué ocurre y tomar las medidas adecuadas.Sólo si se cambia por dentro se puede cambiar la relación con el otro. Para salir de una relación de maltrato y no volver a repetirla, hay que hacer una psicoterapia que ayude a la mujer a cambiar sus relaciones consigo misma y con el otro.Las ayudas institucionales son necesarias. Así se sentirán más protegidas. Pero después serán ellas quienes tendrán que seguir adelante.LOS ERRORES MÁS FRECUENTESSoportar la situación por los hijos, pues éstos siempre saben lo que pasa y les hace daño.Creer que el otro va a cambiar sin un trabajo personal, sólo por ella.Pensar que sólo es el otro el que tiene que cambiar.Identificarse con el papel de víctima.
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