La Alpujarra era una de las comarcas más desconocidas de Andalucía debido al gran aislamiento al que le obligaba su abrupto relieve. Escondida entre barrancos de difícil acceso y las estribaciones de la cara sur de Sierra Nevada, en esta zona son palpables aún las huellas que dejaron los árabes tras ocho siglos de presencia en un lugar que ellos llamaron Al-Buzara.Aunque tras la expulsión de los moriscos los pequeños pueblos blancos de la Alpujarra quedaron abandonados, estas localidades de calles estrechas y empinadas conservan todavía algo de los airosos caballeros árabes que componían la corte militar de Aben-Humeya y Aben-Aboo. Si bien hoy, al pasear por sus callejuelas, aparte de los montañeros, nos encontramos con una gran comunidad de extranjeros, artistas y hippies que se han instado en la zona en las últimas décadas.La Alpujarra forma parte del Parque Natural y Nacional de Sierra Nevada y ha sido declarada reserva de la biósfera por la UNESCO. Está encajonada entre la sierra de Lújar, la sierra de Gádor y el mar Mediterráneo. Dada su extensión, se suele distinguir entre Alpujarra granadina y Alpujarra almeriense. El centro de la Alpujarra es cruzado longitudinalmente por el río Guadalfeo, que a modo de columna vertebral divide la comarca en dos áreas: la Alpujarra Alta y la Alpujarra Baja.La Alpujarra Alta se corresponde con la franja norte, es decir, la parte meridional de Sierra Nevada. Aquí se localizan bonitos pueblos blancos y escalonados como Bérchules, Busquístar, Bubión, Trevélez (el municipio de más altitud de Europa, conocido también por sus excelentes jamones), Capileira, Juviles, Yegen, Mairena, etc.La Alpujarra Baja es la franja sur, constituida por La Contraviesa y salpicada de bellos pueblos como Gualchos, Polopos, Lújar, Sorvilán, Albondón y Albuñol, entre otros.A 725 metros de altitud, el primer municipio que nos encontramos es Lanjarón. Con una población de 4.500 habitantes, Lanjarón es una ciudad vacacional avalada por sus cálidos veranos y sus fuentes de agua medicinal. Su balneario sigue teniendo el esplendor de antaño y su capacidad hotelera (1.500 plazas) es mucho mayor que la de cualquier otra localidad de la comarca. Desde aquí podemos iniciar nuestra ruta hacia el resto de las poblaciones colgadas de las laderas montañosas.Sería interesante alojarnos en el propio Balneario de Lanjarón (Av. Constitución s/n. Tels: 958770137/958771070; Fax: 958770162) y aprovechar los diferentes tratamientos que ofrece (masaje subacuático, baños de burbujas, duchas de chorro y circular, masaje manual, fangoterapia…). Otra buena opción son las numerosas casa rurales de la zona cuya central de reservas puede consultarse en internet (www.laalpujarra.net).Ensaladas, potajes, tortas de lata, hornazos…Tanto en grandes establecimientos como en pequeños locales, disfrutar de las reminiscencias árabes de la gastronomía alpujarreña es una obligación inexcusable.