Muy cerca de Heidelberg, la cuna del romanticismo alemán, justo en la desembocadura del río Jagst en el río Neckar, se levanta en la punta de un cerro la silueta de Bad Wimpfen, la llamada Ciudad Libre Imperial construida en el siglo XII por el emperador Federico I Barbarroja, con sus dos bellas torres, la Azul y la Roja, los dos distintivos de la villa que enorgullecen a sus habitantes.
Merece la pena dar un paseo tranquilo por esta pequeña villa de 6.700 habitantes que ha mantenido el sabor medieval de sus casas y edificios históricos. Se puede acceder al recinto a través de la antigua entrada principal de la sede del emperador (Hohenstaufentor) para alcanzar a continuación la Torre Roja, situada al sur de la ciudad, que fue el último refugio de Barbarroja para los casos de "peligro inminente".La iglesia de San Pedro, uno de los primeros templos góticos de Alemania, los arcos de los Staufer y la Capilla del Palacio Imperial pueden ser las tres siguientes paradas en el recorrido. La capilla estuvo conectada por un pasadizo con el palacio de Barbarroja, fue utilizada más tarde en el siglo XIX como granero y establo y en la actualidad alberga el Museo Histórico Eclesiástico.
La Torre Azul es el gran símbolo de la ciudad y debe su nombre al hecho de que durante su construcción se empleó piedra caliza de ese color. Esta parte de la residencia de la dinastía de los Staufer sufrió un grave incendio en 1848 que debilitó enormemente sus muros, pero en 1972 la torre fue restaurada gracias a las 300 toneladas de cemento que rellenaron los huecos de sus paredes.Lo más espectacular de la torre es, aparte de su belleza en sí, la panorámica que se divisa desde lo más alto, pero quizás despierta más curiosidad que sólo unos escalones antes de llegar a la terraza del edificio vive la única mujer guardia de una torre histórica en suelo alemán. Blanca Knodel está instalada en un apartamento de 53 metros cuadrados desde hace ocho años y lo ha hecho en compañía de sus tres hijos.Después de pasar por el Ayuntamiento, un edificio neoclásico que luce los cuatro escudos de las principales épocas históricas de la ciudad, la visita debe llevarnos a la Iglesia Evangélica, un templo construido entre los siglos XIII y XVI que fue en primera instancia de culto católico (Iglesia de Santa María) y que cuenta con varios estilos en su interior: románico (las partes inferiores de sus torres) y gótico (el coro).Otro de los atractivos de Bad Wimpfen es su estación balnearia especializada en medicina interna, cardiología y ortopedia, donde el visitante puede disfrutar de una variedad de piscinas termales con un alto porcentaje de sal.
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