Dublín es la ciudad de los pubs, de la música tradicional y de la cerveza negra Guinness. Pero también es la ciudad del "Ulysses" de James Joyce. Por sus plazas y calles circulan hoy cientos de turistas que acuden al reclamo de una metrópoli que ha dado al mundo tanta literatura de calidad, una ciudad llena de vida que se ha puesto de moda principalmente por sus pubs. Los ingleses los inventaron; Dublín los hace únicos e irrepetibles.Estos pubs sirven de punto de encuentro entre las antiguas tradiciones y las nuevas tendencias de esta ciudad de artistas. En ellos se reúnen unos y otros, autóctonos y foráneos, para disfrutar del sabor delicioso de la cerveza negra y muy a menudo de una improvisada canción. Y, es que, además de buenos escritores, los dublineses mantienen una relación privilegiada con la música. Acostumbrados a cantar a la menor ocasión, no es de extrañar la cantidad de músicos que pueblan sus calles.La vida cultural se manifiesta a través de música en directo a diario, salas de teatro y cine a rebosar se concentran en Temple Bar, un bullicioso barrio en el centro de la ciudad que destaca por ser una de las zonas con más tradición e historia de Dublín. Además de centro cultural, éste también es uno de los lugares con más animación por las noches.Al sur del LiffeyLas aguas del río Liffey dividen esta ciudad en dos atravesándola por la mitad y es al sur del Liffey donde se concentran muchos de los grandes monumentos y atracciones de la capital de la república irlandesa. De hecho, este río divide la ciudad en dos zonas, la norte y la sur. La parte sur es más turística, aunque las gentes de la parte norte tengan una baja consideración de la misma (igual ocurre desde la parte sur hacia la norte).Para movernos por Dublín lo mejor es pasear o utilizar el transporte público. No hay metro, así que los medios públicos son el taxi, el autobús y el Dart. El Dart (Dublin Area Rapid Transit) es un tren de cercanías que va costeando el condado de Dublín desde el pueblo de Bray, al sur, hasta Howth, al norte. Así podremos obtener una visión bastante amplia de Dublín. De cualquier manera, para conocer esta pintoresca ciudad la mejor opción es recorrer sus calles, pasear y mezclarse con su gente, subir y bajar puentes a lo largo del río Liffey y sentir el sabor amargo de la Guinness en el paladar.Dublín Castle y Bank of Ireland son dos magníficos edificios del siglo XVIII que conservan numerosos vestigios de la ocupación británica. También al sur del río Liffey se ubica una de las universidades más prestigiosas del mundo, Trinity College, y a pocos metros la plaza georgiana más perfecta de Dublín, Merrion Square.Sin embargo, no se ha visto Dublín hasta que no se posan los ojos bien abiertos sobre St. Patrick Cathedral, fundada en el siglo XII y donde Jonathan Swift, el autor de "Los Viajes de Gulliver" fue diácono.De la mano de JoyceLa ciudad ha dado grandes escritores como el mencionado Swift, James Joyce, W. B. Yeats, George Bernard Shaw, Oscar Wilde o Brendan Bean.
Cualquiera que hoy en día visite Dublín siente una enorme curiosidad por saber quién era Ulysses; es difícil dar un paseo por la ciudad sin encontrarse con una escultura dedicada a Joyce o una placa recordando alguno de los pasajes de su novela.Dublín aparece bohemia, húmeda y frágil, pero sobre todo es tierna y acogedora como pocas.