La antigua ciudad de Medina de Pomar (Burgos) fue feudo de los Velasco y capital de la comarca conocida como Las Merindades. Su casco urbano aúna historia y dinamismo, como dan fe su transformación y las numerosas urbanizaciones de sus alrededores.La visita comienza en la moderna plaza de Somovilla. Es un conjunto porticado construido en 1979. Anteriormente estuvo en el lugar el convento de las Agustinas, edificado en 1562. Queda de él una casa medieval, ahora hotel, y la capilla convertida en bar.En el centro de este conjunto, que reúne a las mejores cafeterías de la ciudad, se erige la efigie de Juan Salazar y Espinosa, nacido en 1509 y fundador de Asunción, capital de Paraguay, donde falleció en 1560.El paseo continúa por la pendiente calle empedrada de Fernando Álvarez. Los comercios, especialmente las carnicerías, son numerosos y llenan el ambiente de fragancias a lechazo, chuletón y morcilla. Sin mucho esfuerzo llegamos hasta el Arco de la Cadena, que atraviesa el torreón del alcaide. Fue mandado construir en 1515.Próxima se encuentra la Puerta de Oriente, una de las cinco que daban acceso a la ciudad en la Edad Media. Adosado a la torre del Arco está el Palacio de la Cadena, donde pernoctó el emperador Carlos V cuando en 1556, tras desembarcar en Laredo, se encaminaba al monasterio de Yuste.Antes de cruzar el arco veremos, a la derecha, los cubos de la muralla que rodeaba el barrio de Castellanos de Medina. Están perfectamente restaurados.Tras pasar frente a la oficina de turismo y viejos cafés, entre ellos el Universal, llegamos a la plaza de Bustamante, donde se encuentra el Ayuntamiento, construcción de finales del siglo pasado. Está porticado y tiene buenas vistas sobre la vega. Cien metros después alcanzamos al imponente Alcázar de los Velasco, conocido como Las Torres.Es una mezcla de castillo y palacio ordenado construir en 1370 por Pedro Fernández de Velasco. Tiene dos torres prismáticas unidas por un cuerpo central que estuvo defendido por un foso. Es el monumento emblemático de Medina. Ha sido remodelado y en su interior , ahora dedicado a palacio de congresos, se conservan unos frisos mudéjares, único resto de su magnífico pasado.Una vez en la plazuela del Rosario, seguimos la calle Vicente López y, frente al convento de Santa Clara, el estrecho pasadizo de La Virgen nos conduce hasta la iglesia de Santa María del Salcinar y del Rosario, patrona de Medina. El templo aparece aludido en los Fuero de Medina (126-1157), aunque su fábrica actual presenta reformas del siglo XII y la bóveda es del siglo XIV.Es aconsejable para realizar esta visita llevar zapatos cómodos y un jersey, incluso en verano. En invierno, el clima es frío y resulta frecuente la nieve. Hay buenos restaurante para comer, como El Condestable (Tel. 947 191161) o el mesón y también hotel Las Merindades Tel. 947 190822).Para obtener más información se puede llamar al teléfono 947 147228 de la Oficina de Turismo.