Pals se ha convertido en uno de los pueblos más admirados de la Costa Brava. De trazas góticas, este bello conjunto medieval, perfectamente conservado, atrae irremediablemente la atención de cuantos optan por explorar la historia del Bajo Ampurdán.Se trata, en realidad, del mejor modelo para conocer el tipo de ciudad medieval que abundaba en este territorio mediterráneo. La edad media tuvo una gran importancia en las comarcas gerundenses, la historia de las cuales se ha forjado entre los pequeños condados independientes y monasterios. Son prueba los municipios amurallados, los castillos y palacios, y las iglesias románicas y góticas.El casco historio de Pals se levanta sobre una colina rodeada de llanuras, donde encontraremos la Torre de las Horas, un magnífico ejemplo de torre románica circular, así como la iglesia de Sant Pere, con una curiosa sucesión de estilos que van desde el románico hasta el siglo XVIII. El punto culminante es el mirador del Pedró, desde donde se pueden observar las islas Medes, el macizo del Montgrí, el Canigó y la sierra de la Albera.Además de las murallas y el trazado medieval de sus callejuelas, en Pals hay que buscar el detalle en los ventanales góticos, los arcos, los pozos, los umbrales de las puertas y un amplio abanico de rincones interesantes.