De Sevilla a Gijón, la Ruta de la Plata es uno de los itinerarios más excitantes que se ofrecen al viajero interesado en el legado romano; una inmersión en la historia en un universo múltiple, con monumentos civiles y religiosos, romanos y moriscos…, todo un cúmulo de sensaciones del acervo histórico-cultural español, complejo como resultado del mestizaje.Desde época remota, existe un recorrido trazado entre montañas, valles y llanuras, que une el norte y el sur de la Península, en cuya cuenca baja del Guadalquivir floreció la primera gran cultura urbana occidental, bajo la mítica monarquía de Tartessos, a finales de la Edad de Bronce. Debido a la gran riqueza minera por esta civilización controlada, y a las posteriores mediterráneas -fenicias, griegas y romanas-, el sur de España adquirió gran significación como productor de metales preciosos.Cuando los romanos en su expansión comercial y política invadieron la Península Ibérica en el 218 a. C., otorgaron gran importancia a las calzadas para abarcar la totalidad del territorio, con su extensión de 29.000 kilómetros de vías principales y secundarias, habiendo sido la Ruta de la Plata una de las más importantes. Su nacimiento se debió a la necesidad de contar con una salida al mar y facilitar la circulación de mercancías y tropas entre el norte y el sur y alcanzar así su destino final: enviar a Roma los ricos recursos obtenidos, además de introducir su orden y cultura.De la importancia estratégica y económica de la Ruta de la Plata da fe el impulso que le prestaron los emperadores Tiberio, Trajano y Adriano. Esta calzada, que enlazando Gijón con Sevilla a través de Astorga, se dirigía a Cádiz por León, Salamanca y Mérida, siguiendo casi exactamente la actual carretera N-630, favoreció el comercio interior, hasta entonces prácticamente inexistente.En definitiva, la calzada y puentes romanos, algunos tan notables como los de Mérida y Alcántara, fueron la piedra angular, desde el siglo I hasta el XIX, sobre la que se construyeron caminos y carreteras, y durante el medievo, las únicas existentes. Por ello, la Ruta de la Plata es un excepcional legado histórico-artístico por el arte y la civilización que a su paso se crearon, levantando ciudades, circos, teatros, anfiteatros, templos, acueductos, termas, puentes, arcos y fortalezas, además de favorecer el desarrollo de una rica arquitectura tradicional, folklore, artesanía, etc.Hoy en día, para iniciar la ruta en Sevilla, un lugar ideal donde comer es la Dorada (Edificio Viapol, Avda Ramón y Cajal s/n, tel. 95 492 10 66, fax 95 465 05 28). Allí se puede degustar desde la fritura malagueña pasando por los mariscos, a una extraordinaria selección de pescados traídos directa y diariamente del mar a su mesa. Desde aquí recomendamos la dorada a la sal, sin olvidar una cuidada selección de carnes rojas, verduras frescas y por supuesto, los guisos marineros.En Cáceres, Atrio es un establecimiento de calidad (Avda. de España, 30-Bloque, 4. tel. 927 24 29 28). Entre sus especialidades están las criadillas de tierra con hongos, el solomillo de venado con migas de frutos secos y la tartita de queso fresco con chocolate blanco y helado de miel con un vino licoroso. La carta de vinos es excelente.Para dormir en Benavente (Zamora), nada como el Parador (Pº. Ramón y Cajal, s/n tel. 980 63 03 04 fax: 980 63 03 03. e-mail: benavente@parador.es ). Se trata de un castillo de estilo renacentista construido por mandato de Fernando II de León, que forma parte del antiguo recinto amurallado de la villa. Prácticamente arrasado en 1808, durante la Guerra de la Independencia, conserva la monumental Torre del Caracol, donde se sitúa un salón con un admirable artesonado mudéjar. Las ensoñadoras habitaciones gozan de confort y comodidad, y el restaurante presenta la oferta gastronómica de la tierra: arroz a la zamorana, dos y pingada o rebojo zamorano.En Oviedo el mejor descanso lo hallamos en el Hotel de la Reconquista (Gil de Jaz, 16, tel. 98 524 11 00, fax: 98 524 11 66). Construido sobre la traza de un singular edificio del Siglo XVIII, antiguo hospicio y hospital, está situado en la zona más céntrica, residencial y comercial de la ciudad de Oviedo. La fachada plateresca, con el inmenso escudo que la corona y los jardines urbanos del entorno dan la bienvenida al viajero, invitándole a cruzar el umbral y descubrir remansos de quietud, en un hotel museo.